
Tu gym mental
Me encanta cuando comienzo el día con una pregunta que me invita, por no decir cuasi me obliga, a vivirlo de manera consciente y diferente. Es como una disrruptiva que no me permite ignorarla y seguir caminando. Tampoco se trata de meramente reaccionar y decir lo primero que se me viene a la mente. Es pensar y dar una respuesta diferente, conectada y honesta. Y, sobretodo, aplicar y usar lo que digo.
Hoy la pregunta es: si fueras a crear un gimnasio para tu mente, ¿cómo serían las rutinas o serie de ejercicios que harías con el fin de ejercitar tu mente? Si vas a un gimnasio para el cuerpo para fortalecer tus músculos, elevar tu nivel de cardio, reducir grasa corporal y/o tonificar, lo mismo aplica para la mente. Vas a un gimnasio porque sabes lo que quieres lograr y comienzas a medir tu esfuerzo y a observar tu progreso. Así comienzas a lograr el resultado.
¿Qué dirige tu mente?
Durante mucho tiempo yo pensaba que lo que dirigía mi mente eran mis impulsos que eran producto de los estímulos que recibía del entorno. Puede decirse que eso es cierto, pero no revela toda la verdad. Cada persona reacciona de acuerdo a los estímulos a los que se ha condicionado la mente y la forma en que lo procesa tu cerebro. ¿Porqué una persona se siente estimulada con algo, mientras otra no siente lo mismo? No es por el estímulo, sino por la manera en que la mente está condicionada. En pocas palabras, la manera en que has entrenado tu mente.
Fueron muchos años los que invertí haciendo lo que creía que era lo mejor o lo más adecuado. Luchar, resistir, oprimir, suprimir, ignorar, evitar y querer hacer las cosas de una manera sin mirar a profundidad qué podía ser efectivo. Estas cartas las jugué sin mucho éxito, dirección, propósito o persistencia. Era como hacer dieta para que me sirva la ropa, no cambiar mi mentalidad con respecto a mi manera de pensar sobre el bienestar y la forma en que quiero vivir.
Poco a poco he ido aprendiendo (y todavía me falta mucho), que la mente es como una piscina (alberca/pileta) a la que hay que lanzarse lanzarse en ella, conocerla, perderse en ella, pero eventualmente saber cómo relacionarte con ella. De lo contrario, seguiré perdiendo tiempo, esfuerzo y pretendiendo. Aquí es cuando comencé a indagar y mirar un poco más todo esto de cómo opera mi mente, qué la dirige y cómo puedo aprender a usarla de la manera más efectiva y productiva.
Tu gym mental
¿Qué es lo primero que haces cuando te comprometes (o al menos quieres) mejor tu condición física y tu forma de alimentarte? Si lo vas tomar en serio, te haces exámenes médicos para primero saber en qué condición se encuentra tu cuerpo. Tener el llamado «benchmark» o tu punto de partida claro. Primero tengo que saber dónde estoy para tener claridad a dónde quiero llegar.
Luego de que tengo claro mis dos puntos, comienzo a crear una serie de rutinas para llegar a donde deseo. En este caso, a tirar todo lo que tienes que no es saludable y no te ayuda. Limpiar el espacio de tentaciones. Luego mirar como vas a alimentarte (no dieta), sino cómo voy a comenzar a alimentarme. De ahí paso a la parte física, cantidad de ejercicios, número de repeticiones y cuántas veces a la semana voy a llevarlos a cabo.
Lo mismo pasa con tu mente. Aquí no te voy a decir que te saques un scan de tu cerebro, aunque la ida no es mala si realmente quieres llevarlo al nivel de seriedad más alto. Primero requiero observar y reconocer cómo esta entrenada mi mente. En qué se distrae, qué cosas evita, de qué manera es compulsiva, obsesiva, adictiva, copedendiente, etc. Primero requiero conocer la manera en que YA OPERA mi mente.
No puedes cambiar aquello que no conoces, ni reconoces
Una vez tengo identificado la manera en que este entrenada tu mente, comienzo a aprender y a identificar qué cosas forman parte de un gym mental. Aquí te invito a considerar lo siguiente: si tu mente estuviera entrenada y disciplinada, ¿cómo sería un día en tu vida? Requieres poder describir un día dónde tu mente es tu aliada, tus pensamientos reflejan eso y tus acciones son congruentes.
Pues escribe, cómo operaría tu mente durante ese día. Eso te dirá mucho de lo que requiere tener tu gym mental. Yo podría como hacer un gym mental, pero el punto no es que yo te de la respuesta, sino que juntos descubramos la solución. Al escribirlo podrás ver dos cosas: lo que van a ser tus fortalezas y lo que hoy son áreas de oportunidad.
Cada cabeza es un mundo, así las áreas de oportunidad
Por lo menos para mi, en mi gym mental yo busco cosas que ayuden a seis cosas (para cada persona es diferente)
Sostener mi nivel de enfoque
Fortalecer mi memoria
Reducir mi nivel de re-actividad
Aprender a buscar mi centro de calma o paz
Cómo ser lo más efectivo en momentos de conflicto o manejo de diferencias
Desarrollar pensamiento crítico
Si te fijas, escribo lo afirmativo, no lo negativo. Cuando tu vas a un gym, las maquinas no dicen: para tu vagancia, para tus lonjas o gorditos, para que te canses, para que dejes de comer. No, dicen lo que vas a fortalecer. Lo mismo con tu gym mental. Primero identifico lo que quiero fortalecer, desarrollar, conocer o mejorar. Luego busco los ejercicios y rutinas que me ayuden a que eso suceda.
Ayer le dije a un grupo de personas, que pensaran en qué cosas pueden ser buenos «juegos para la mente». Mucha gente lo confunde con cómo distraerme, desconectarme o entrar en un estado meditativo. Una cosa es jugar, distraerte, desconectarte y meditar y otra cosa es juegos que fortalecen tu mente. Una vez comiences a identificar qué deseas fortalecer en tu mente, puede ver las opciones que tienes para ir creando tu gym mental. De la misma forma en que cada persona responde a un estímulo diferente, cada persona sabe que desea trabajar en su mente. Así debe estar su gym. Mañana vamos a mirar qué podría ser tu rutina mental diaria.
