
Oda al nacimiento
El mundo no está listo para el nacimiento.
No en este momento.
Es más, el mundo apenas entra en parto.
Las contracciones llevan meses sintiéndose.
Muchos pensaron que sería un parto prematuro inducido.
Pero no, se ha extendido por un poco más de nueve meses.
Entrar en parto ha sido difícil.
Lento. Impredecible. Incierto.
Con muchos conflictos.
Muchos se debaten la paternidad.
Nadie quiere asumir la responsabilidad.
Todos dicen que le importa la criatura.
Los ejemplos son contradictorios.
Algunos brillan por su ausencia.
Otros muestran cara de poca importancia.
Los que les importa hacen lo que pueden.
Cada bando tiene su razón.
Por eso no estamos listos para el nacimiento.
Fue una concepción no planificada.
Nadie se lo esperaba.
Fue como tener un hijo después de haberse operado.
¿Cómo es posible?
Si los milagros existen, hay que prepararse para ellos.
Muchos dejaron de creer en ellos, por eso hoy no creen lo que ven.
La sala de parto está lista.
Los familiares no han llegado. Algunos nunca llegarán.
La anestesia no calma el dolor.
El médico dice que no puede ser parto natural.
Nadie quiere aceptar eso. ¿Normalidad en tiempos inciertos?
Nadie quiere reconocer la criatura. Sólo hablan de culpables.
Nadie está listo para el nacimiento.
El mundo (apenas) está entrando en parto.
Los que pueden acelerarlo no aparecen.
Los que pueden terminarlo no quieren.
Los que pueden definirlo se resisten.
El mundo sigue en dolor. ¿Tú?
Hay que aceptarlo.
Hay que reconocerlo.
Hay que procesarlo.
Hay que liberarlo.
Hay que sanarlo.
Hay que re-nacer. Hoy no.
El mundo está de parto.
