
Las hojas siempre cambian de color
Las hojas siempre cambian de color.
No importa el momento.
El tiempo no juega un papel en esto.
La naturaleza no mide distancias.
La vida ocupa todo en el espacio.
El proceso sigue su curso.
No pide permiso, ya lo tiene.
Las hojas siempre cambian de color
De ese espacio te dieron vida.
Debatirlo no es sabio.
Comprenderla puede ser el principio.
El miedo nunca detendrá el proceso.
Sólo lo hace más evidente.
La vida no se detiene a ver lo que mira el hombre.
El hombre puede aprender a observar lo que es la vida.
Las hojas siempre cambian de color
Nacer y morir no es lo vital.
Eso es sólo parte de la forma.
Somos una pieza del rompecabezas.
¿Qué papel jugamos en todo esto?
¿Qué tal si es mucho más simple de lo que crees?
La naturaleza te lo regaló.
¿Cuál? Queda de ti descubrirlo.
Las hojas siempre cambian de color
El color de la hoja no revela estación.
Es un mensaje para ti. Sólo para ti.
No es de éxito o trascendencia.
Es de origen, apreciación y conexión.
Esa hoja eres tú y esa hoja es todo.
No hay principio, ni fin.
Es infinito, interminable, imparable.
Las hojas siempre cambian de color
El objetivo no es descubrir el misterio.
Es aceptarlo y vivir en él.
Todo es una paradoja.
El secreto no es quedar atrapada en ella.
En ella vive un mensaje.
Soltar, fluir, vivir, ser.
La corriente. De. La. Vida.
Las hojas siempre cambian de color
¿De color está tu hoja?
¿En qué estado se encuentra?
¿Qué revela?
¿Qué te dice?
Cuidado con juzgar, evaluar, comparar o lamentar.
El proceso no es un condena.
Es un regalo.
Las hojas siempre cambian de color
Hoy puede ser el momento.
De apreciar la hoja
Aceptar el proceso.
Celebrar el regalo.
La vida. Todo. Nada.
Lo ganado, lo perdido.
Lo que está, así como lo que ya no está.
Las hojas siempre cambian de color
No se trata de cambiarla.
Tampoco resistirla.
Mucho menos lamentarlo.
Una pausa puede cambiarlo todo.
Un suspiro.
Un despertar.
El sólo aceptar el cambio de color de la hoja.
Ahí vive el secreto. Sólo en eso.
