
El próximo paso…
El pensamiento sigue vivo. Mejor dicho, la idea. El latido de tu corazón (especialmente la manera en que late cuando lo piensas) lo confirma. Por alguna razón, algo te dice que tienes que hacer algo al respecto. No puedes seguir ignorándolo o diciéndote «no pasa nada». Los días pasan, el tiempo sigue su curso, pero algo en ti sigue haciendo ruido.
No se trata del eterno dilema: «¿saldrá bien o mal?». Se trata de hacer algo al respecto.
No se trata del aparente «no tengo los recursos». Se trata de darte el permiso de hacer algo con los recursos que hoy tienes.
No se trata de las voces que siguen diciéndote «no puedes». Se trata de la voz que sigue hablándote de «es para lo que tú viniste a este mundo».
El próximo paso…
¿Cuál? El que sigues posponiendo. El que evitas. El que te enciende tu pasión. Ese secreto que guardas, pero ya no puedes ocultar.
El que sabes qué quieres dar. El que requieres estar dispuesto a arriesgarlo todo. El que no sabes en qué, ni el cómo hacerlo, ni por dónde empezar, ni cómo va a terminar. Ese paso.
El paso que se puede dar...
No importa la edad.
No importa tu estatus.
No importa la preparación.
No importa tu condición.
No importa el tamaño.
No importa qué.
El paso que no caduca, aunque lo que puede caducar es tu pasión, tu energía, tú SER cuando no lo das.
No vas a encontrar las instrucciones en las redes sociales.
No puedes compararlo (ni compararte) con nada, ni nadie.
No puedes evitarlo.
No puedes ocultarlo.
Es como el Caballero (o Dama) de la Noche.
Es una señal se enciende en cualquier momento.
El cielo interno muestra un llamado.
Tú sientes y reconoces que el llamado es para ti.
Uno que sólo tú puedes responder.
Y es un llamado distinto, diferente y único para cada ser humano.
Ese paso…
Que puede ser algo tan simple como decidir que ya no es por el camino que has caminado.
Que puede ser algo tan complejo darte cuenta que es el momento de definirte como nunca lo has hecho.
Que puede estar tan obvio que todo el mundo lo ve menos tú.
Que puede ser tan misterioso que nadie lo cree salvo tú.
El paso que te define…
No por lo que vas a ganar, sino por lo que vas a ser.
No por lo que puedas obtener, sino por lo que vas a dar.
No por lo que lo digan los demás, sino por lo que TU te dices.
Ese paso.
El paso que le sigue a…
¿Y ahora qué?
¿Qué sigue?
¿Qué esperas?
¿Qué te detiene?
¿Qué sigues esperando?
¡Basta!
No es lo que tienes, sino quién quieres ser.
¿Qué esperas para volver a la vida (y a tu vida)?
¿Hacia dónde voy si sigo por aquí?
¿Qué despierta tu imaginación y tu pasión?
Ese paso…
El próximo paso…
El paso más importante…
El paso que defina tu razón de ser.
El paso donde no importa lo que fue, sino lo que va a ser.
El paso que encierra mucho del misterio de la vida. Y de la tuya.
El paso que te hará ver el miedo, y a ti mismo, de otra manera después que lo des.
Ese paso.
¿Qué vas hacer al respecto?
