
El orgasmo de la incomodidad
El otro día platicaba con una amiga y me planteó un escenario muy interesante. Me decía: «ahora que eres soltero, ¿has pensando en darte la oportunidad de salir con quien quieras, cuando quieras?». Me di un tiempo para reflexionar antes de responder y le dije: «sé lo que es estar en ese espacio (la soltería). De poder hacer lo que quiero, cuando quiero y en muchas ocasiones lo he hecho. Lo he disfrutado. No sé si en este momento sería algo que considere, ya que más que probar o ver con quien salgo o cuando salgo, estoy más en descubrir quien soy y qué quiero en este momento. Eso no quiere decir que no lo haya pensado, ni que tal vez lo haga, pero por lo menos ahora mismo no es una fijación o un objetivo».
Si miro mi propia experiencia en el pasado, y la de mucha gente que ha vivido procesos de separación, la tendencia es irse a los polos cuando experimenta un cambio en su vida. El que estuvo mucho tiempo en una relación, y si la misma terminó de una manera inesperada o lastimosa, tiende a inclinarse a decir: «no quiero saber de relaciones y ahora quiero salir con quién me da la gana, cuando me dé la gana». He estado ahí y lo he vivido. Puede ser divertido, incierto, peligroso, arriesgado, placentero y tomar muchas formas más. Es una forma de libertinaje, la cual no critico ni juzgo, pero al final del día no produce libertad.
Probar sabores vs. conocer tus gustos
Es como entrar a la tienda de helados y tener la oportunidad de probar todos los sabores y no tener que comprar ninguno. Sólo pagas por el que quieres y el que más te guste o plazca ese día. Eso tiene sus ventajas y desventajas. Pruebas y amplías tu paladar por un lado, lo cual es bueno para abrir tu mente y conocer otras opciones. Por el otro, puede convertirte en un busca pruebas todo el tiempo y nunca querer definir tu sabor, sólo buscar probar lo que se te antoje. Al final del día, la verdad vive en el medio.
Si durante gran parte de tu vida has vivido reprimido, oprimido, frustrado, callado, cediendo tu poder o nunca viendo quién eres o lo que realmente quieres, es bien fácil y tentador irte totalmente al otro lado. Irte al lado de quererlo todo, hacerlo todo, experimentarlo todo y «querer tener todas tus opciones abiertas». Eso a un nivel superficial puede sonar satisfactorio, pero a un nivel profundo, no resuelve el dilema. Repito, lo digo porque lo he vivido. Ojo, no estoy diciendo que tienes que vivir en celibato, abstemio, sólo o algo por el estilo. Tampoco estoy abogando por estar en una relación o el querer estar sin una.
Toda esta semana he estado hablando de la incomodidad. Ayer hablé de la manera en que somos la raíz de la incomodidad. Una vez aprendí que uno de los secretos más grandes que podemos aprender los seres humanos para transformar nuestra realidad y la manera en que vivimos la vida es «buscar lo incómodo en lo cómodo». Hoy te dije que vamos a mirar las formas en que podemos encarar la incomodidad. ¡Qué mejor que mirar la forma en que enfrentamos la incomodidad desde adentro y no desde afuera!
El tinder de la comodidad
Lo más fácil en este momento para mí es buscar la comodidad. En todos los sentidos. Vivimos un mundo que constantemente nos invita a estar cómodos y no pensar. Todo lo resuelve una aplicación por ti. Desde cosas valiosas, como no tener que hacer interminables colas o perder tiempo en el banco, hasta poder comprar un pasaje e irte de viaje sin tener que pasar por una agencia de viajes o ir al aeropuerto (¿recuerdas esos tiempos?). Puedes comprar comida y nunca salir de tu casa.
La tecnología ha convertido la vida es muchos aspectos en una velocidad de dedos. Es como una especie de Tinder de la comodidad. Quiero ver lo que me gusta en mi pantalla y si no me gusta, muevo el dedo en una dirección o en otra. Acto seguido, desaparece lo que no quiero o no me gusta. Todo es un acto de reacción. No hay mucho de pensamiento crítico. Hay muchas personas que están pensando por ti, pero no tú. La inteligencia artificial (dirigida por el hombre) ha sabido penetrar a tal punto que vivimos adictos a la comodidad y al no pensar. Mucho menos a exponernos.
Las tecno-relaciones
La evolución de la tecnología es algo inevitable y seguirá escalando como el mercado de las guerras. Mientras más inteligencia artificial exista para poder espiar al enemigo, más podemos seguir ocultos detrás de un teclado y no mostrar quién en realidad somos. Eso tiene un impacto directo en la manera en que hoy día nos relacionamos. ¿A quién estoy viendo en la pantalla? ¿Lo que eres o lo que muestras? ¿Con filtro o sin filtro? ¿Natural o artificial?
Ni hablar de la manera en que nuestra sexualidad y auto estima es puesta a prueba constantemente por el bombardeo incesante de lo que vemos en las redes sociales y las aplicaciones que quieren hacerte la vida más fácil. ¿Porqué preferimos acostumbrarnos a seguir probando los sabores y no aprender a elegir el que realmente queremos? Es mejor vivir en el «Tinder de la Comodidad» que tener «el orgasmo de la incomodidad».
Libre selección y aprender a elegir no es lo mismo
La comodidad nos permite seguir victimizándonos y usar de excusa las llamadas preferencia u opciones, en vez de realmente hacernos dueños de nuestra elecciones (bueno, malas y las que no conocemos). Tener libre selección y opciones es un privilegio que todos debemos aprender a conocer y utilizar, pero si vemos lo que muchas veces pasa en la vida es que «nuestras elecciones son parte de patrones programados desde la infancia». Eso nada mas dice algo.
Podemos estar viendo muchas opciones fuera. Lo más que hay son tentaciones, opciones y remedios. Es más, es como ir a Nueva York o a México y cenar cada día en un restaurante diferente. Tienes opciones para cada noche y para el resto de tu vida. Pero el remedio no cura la causa del mal. La causa es realmente aprender a conocer la manera en que elegimos. Eso sólo lo conocemos si estamos dispuestos a buscar y enfrentar la incomodidad.
El poder está en tus manos
Sí, esa incomodidad cuando estás solo contigo. No importa tu estado civil. Puedes estar soltero, casado, divorciado, viudo o cualquiera en el medio. Mucho menos tu estatus social. Tengas dinero o no. El reto vive en descubrir el poder que tienes de poder enfrentar, descubrir, superar y revelar algo que vive oculto detrás de la incomodidad. Especialmente la que tu vida te pide que encares. La que evitas enfrentar, tengas muchas o no tengas muchas opciones. Las opciones sirven hasta cierto punto, pero al final del día de nada te sirven si no defines lo que quieres y quién eres. Eso solo lo logras cuando comienzas a cuestionar lo que has elegido.
Para mí en este momento no se trata de las opciones que tengo, sino la que me voy a dar si descubro el poder que vive en el orgasmo de la incomodidad. Menos puede ser más. ¿Qué vas a hacer al respecto? Me encantaría leer sus comentarios u opciones al respecto. Deja tu comentario. Los leo.
